viernes, 5 de marzo de 2010

LA EDAD DE ORO DEL MANAGEMENT ESPAÑOL

Estamos viviendo la “Edad de oro” del deporte español. Los éxitos internacionales de Rafael Nadal, Pau Gasol o Fernando Alonso, de nuestras selecciones de fútbol ( La Roja), fútbol-sala, baloncesto, balonmano, hockey, etc. de nuestro equipo de natación sincronizada, de nuestros ciclistas y motoristas y de tantos otros deportistas de élite nacionales nos hacen sentirnos muy orgullosos. Una época dorada que debería culminarse, como ha dicho recientemente Juan Antonio Samaranch, con unos Juegos Olímpicos en 2016. En ello estamos. El éxito del deporte español no es fruto de la casualidad, sino de una rara combinación de pasión y sistema; del esfuerzo, la disciplina, la fortaleza emocional y mental, de grandes entrenadores y cuerpos técnicos y de profesionales que se dejan la piel (compromiso extremo) de forma continuada.
Lo que es menos evidente es que también estamos viviendo la “edad de oro del management español”. Esta ciencia de la dirección que tomó carta de naturaleza en los Estados Unidos tras la II Guerra Mundial (en buena medida, gracias al pensamiento fructífero de europeos como Peter Drucker) está alcanzando en nuestro país su mayoría de edad, y no sólo porque contamos con algunas de las mejores escuelas de negocios del planeta, sino porque nuestros pensadores de la dirección empresarial están emergiendo como nunca antes. Con el faro intelectual de maestros como Santiago Álvarez de Mon, José Manuel Casado o Javier Fernández Aguado, una nueva generación de autores nos ofrece reflexión, consejos y sugerencias para que nuestras organizaciones puedan dar lo mejor de sí mismas.
Hace unos días, una de las editoras más relevantes me comentaba que ahora los españoles venden en gestión empresarial el doble que los americanos. Y no sólo en el subgénero “literatura empresarial de crisis” (Leopoldo Abadía, Enrique Alcat, Oriol Amat, Fernando Giner, Santiago Niño, Alberto Recarte, Carles Torrecilla), que superan ampliamente a sus colegas estadounidenses, sino en el management en su conjunto. Juanma Roca ha escrito El reino de la humildad, un texto prologado por Antonio Garrigues, que es de lo mejorcito que se ha publicado sobre el tema. Las creadoras de Rusticae, Carlota Mateos e Isabel Llorens, ha contado su experiencia (valiosísima) en
Pioneras. El consultor Ovidio Peñalver nos enseña cómo gestionar Emociones Colectivas . Juan Carrión nos habla de Culturas innovadoras. Jordi López Datell, comparte sus vivencias internacionales en una reputada multinacional en Creo, luego creo (la relación entre creencias y creatividad). Ferrán Soriano, Presidente de Spanair, traslada en La pelota no entra por azar su aprendizaje como VP del F. C. Barcelona a la dirección de empresas. Xavier Guix nos cuenta en Pensar no es gratis la dificultad de desaprender y reaprender y cómo lograrlo. Beatriz Fernández de Valderrama compara en su último libro el Coaching y Mentoring. José Maria Gasalla y Leila Navarro nos ofrecen las claves de la Confianza, Ignacio Álvarez de Mon nos cuenta que De ti depende y Mario Alonso Puig que Vivir es un asunto urgente. Y así docenas de textos ágiles, cercanos, cómodos de leer y muy muy prácticos.
El “management de autor” está surgiendo en nuestro país de forma paralela a los grandes deportistas o a la “cocina de autor”. ¿Por qué no tiene, sin embargo, el mismo éxito? En primer lugar, porque le falta internacionalización. Se asume una extraña asimetría según la cual lo que viene de países anglosajones ha de ser buenísimo en tanto que apenas se traducen al inglés las obras de los nuestros (por no hablar de conferenciantes desconocidos, absolutamente alejados de nuestra realidad, que cobran cantidades escandalosas simplemente porque proceden de EEUU). Craso error. Si no aprendemos a valorar lo nuestro, a sentir sano orgullo por lo que nos pertenece, será muy difícil que salgamos adelante. En segundo lugar, nuestros directivos presumen, en su gran mayoría, de que no leen, y menos literatura gerencial. No deberíamos admitirlo de buen grado. Sin nueva información, sin reflexión, sin aprendizaje real, nuestras empresas están abocadas a hacer lo mismo en un entorno que cambia aceleradamente: el signo que anticipa la decadencia. Las organizaciones sostenibles han estar dirigidas por personas capaces de estar al día. Y en tercer lugar, los medios (especialmente la radio y la televisión) prefieren el morbo, el escándalo, los cantos apocalípticos, los contertulios habituales, los agoreros de la macroeconomía que reflejar los puntos de vista, frescos, actuales, optimistas y positivos, de autores como los que he mencionado.
"Si el management español tuviera, interna y externamente, el reconocimiento que merece, el que vemos en nuestros deportistas o chefs, afrontaríamos mucho mejor la crisis económica y saldríamos adelante antes y mejor.”
Todo esto lo digo desde un profundo agradecimiento al que ha sido mi caso. La sensación de fluidez , ya en su octava edición, es según varios ranking el libro de management preferido por los directivos españoles y La Roja. El triunfo de un equipo, coescrito a la Dra. Leonor Gallardo, está teniendo un gran recibimiento antes de que nuestra selección vaya a jugar la Copa Confederaciones en Sudáfrica del 14 al 28 de junio. Sin embargo, si el management español tuviera, interna y externamente, el reconocimiento que merece, el que vemos en nuestros deportistas o chefs, afrontaríamos mucho mejor la crisis económica y saldríamos adelante antes y mejor, porque esta recesión no se afronta echándole la culpa a nadie ni esperando a que te la resuelva un poder externo. De este momento saldremos fortalecidos desde el talento, desde la capacidad y el compromiso, desde la responsabilidad de aprovechar nuestras oportunidades de mejora y desde la puesta en valor de nuestras ventajas competitivas. Desde la formación y el desarrollo. No queda otra que reflexionar, descubrir lo que hemos de hacer y ponernos en marcha, para lo que estos pensadores son realmente útiles.Estamos en la edad de oro del management español. En lugar de amargarse la vida, póngase al día y actúe. Merece la pena.
Juan Carlos Cubeiro, Presidente de Eurotalent.

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