jueves, 25 de febrero de 2010

VIVENCIAS DE DOS CURSOS DE VERANO

Uno puede encarar septiembre básicamente de tres formas. La menos afortunada es la del curroadicto que no ha tenido oportunidad de descansar durante el verano. La más habitual es
haber disfrutado de un cierto paréntesis estival y llegar con las pilas cargadas. La más exquisita es combinar ese descanso con el alimento intelectual y emocional de un buen curso de verano.

Mi vida profesional está en buena medida vinculada a estos cursos, pues trabajé en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en los veranos de los 80 y desde hace años suelo
participar en varios de ellos. Más concretamente, este julio de 2003 he tenido la suerte de vivir el de “Saber gestionar personas: La flexibilidad como reto de la empresa”, en El Escorial y
“Profesiones emergentes en la era de la tecnología”, en Palencia.

“Saber gestionar personas”, codirigido por Fernando Bayón y un servidor y patrocinado por Agett, se ha celebrado del 9 al 11 de julio con gran éxito. 88 personas inscritas (la mitad profesionales de
Recursos Humanos y de la dirección y la otra mitad recién licenciados), una altísima calidad de ponentes y sobre todo un cálido ambiente de cercanía y participación del que nos sentimos muy
orgullosos. Para el Dr. Bayón era el 16º curso de verano que organizaba y además, habiendo sido Director Gerente de Euroforum (el escenario de los cursos de verano de la Universidad Complutense), jugaba en casa y eso se notó.

El curso nos deparó gratísimas sorpresas. Asumíamos el riesgo de juntar a Directores Generales (Isabel Aguilera, Miguel Barrachina) con Presidentes y directivos de empresas que dotan al mercado de flexibilidad (José Ramón Caso, de Agett; Pau Hortal, de CREADE; Carlos Herreros, de
la Asociación Española de Coaching; representantes de las grandes empresas de trabajo temporal) con Directores de Recursos Humanos (Pfizer, Sun Microsystems, Iberdrola) con figuras de
otros ámbitos como el periodismo (Marta Robles, Pilar Trucios), la dirección de orquesta (Enrique García Asensio), el cine (Xabier Elorriaga), la cátedra (Tomás Sala) o la vida local (Gabriel Amat, alcalde de Roquetas). Y mereció la pena, porque de esa diversidad surgió una enorme cantidad
de aprendizaje. Las conclusiones las expone Fernando Bayón en otro apartado de esta número de canal eurotalent. En cualquier caso, la participación fue extraordinaria y, como señaló el maestro García Asensio, se repitieron acordes con voces distintas, por lo que los mensajes llegaron
a la audiencia.

Desde su preparación, queríamos un curso innovador, que cultivara todos los sentidos de los asistentes, utilizando aromaterapia en la sala (distintos aromas cada mañana y tarde: lima-limón,
brisa marina, iris, infantil, naranja-canela); presentaciones a los ponentes cercanas, más allá del CV; visionamos juntos la película “Quiero ser como Beckham”; utilizamos canciones de “Graceland”, el concierto en DVD de Paul Simon en Zimbabwe antes de las sesiones y realizamos
una de las entregas de diplomas más disparatadas y divertidas que se hayan hecho en un curso de verano (Isabel Aguilera se partía de risa).

En mi caso personal, el curso me sirvió para reafirmarme en que un gran profesional y una gran persona son la misma cosa, sea en el ámbito de la administración pública, de la empresa privada, de la dirección artística o de las profesiones liberales; que dirigir personas es tan grato como difícil,
si bien es lo que marca la diferencia; y que en los tiempos actuales y futuros aprovechar la necesaria flexibilidad es imprescindible. Del curso “Saber gestionar personas...” los participantes nos llevamos un montón de nuevas ideas, ciertas pautas para mejorar, nuevas relaciones y la
sensación de que hay presente y futuro para las organizaciones humanistas que consiguen que las personas den lo mejor de ellas mismas.
“Profesiones emergentes en la era de la tecnología”, celebrado del 14 al 18 de julio, fue una iniciativa de Cooperación Internacional organizada por Asunción Velasco, Lourdes Molinero y Pilar Valdecantos. En este curso estival han participado Javier Cantera, Nuria Chinchilla, Eva Levy, Javier Fernández Aguado, Alfonso Hernández (VIPS), el embajador Eloy Ibáñez, Pilar Cambra, Beatriz Velasco, Julio Ros (Círculo de Progreso), Erika Jagalla (McGraw Hill), etc. Las actividades de
la tarde/noche incluyeron una visita a Carrión de los Condes, un “homenaje al castellano” (lectura de textos) y cena medieval en el Monasterio de San Zoilo, la exposición de Pedro Berruguete, una visita a Frómista, un concierto de música de la época de Berruguete, un smörgasbord (buffet
sueco) con productos traídos por los organizadores de la Gala de los Nobel y una visita a la catedral de Palencia, la “bella desconocida”.




Desgraciadamente, sólo pude estar el jueves y el viernes del curso. El jueves 17 por la mañana José Carlos Martínez, subdirector médico de Hospital Gral. Yagüe de Burgos, habló de Trabajo en
Equipo; Carlos López Combarros, responsable de selección de Iberdrola, trató de qué perfil pide la empresa a sus empleados y qué ofrece; Federico Cuenca, director de comunicación de Creade,
habló de la comunicación a través de la música (con las bandas sonoras de James Bond, Memorias de África, la Pantera Rosa, etc); y Marisa Cruzado, socia de CVA, habló de “¿Por qué el
hombre es chef y la mujer cocinera?”. A última hora de la mañana, una mesa redonda entre los ponentes.

Por la tarde participamos Sergi Arola, propietario del restaurante “La Broche”, y quien escribe estas líneas. Hablé del “Desarrollo de los cinco sentidos en el trabajo” y Sergi Arola expuso su trayectoria
profesional y vital y lo que él considera son las claves del éxito en una empresa de servicios. Finalmente, Sergi y yo compartimos un debate-coloquio sobre “Cara y cruz de la Inteligencia
Emocional”.

Al día siguiente, tuvimos una sesión de cine-forum con la película “Deliciosa Marta”, una de las mejores cintas europeas de los últimos años. La analizamos Beatriz Velasco (directora de la
escuela hostelera Trädlärkan de Estocolmo durante la última década) y yo como si de un proceso de consultoría se tratara: su estrategia (de qué va realmente la película, qué pretende), su
estructura (escenas y tomas, una a una), sus sistemas de información (la banda sonora, diálogos), sus valores y conflictos culturales, las competencias de los protagonistas, sus estilos de relación y el clima en los distintos equipos. Fue una sesión altamente participativa y de enorme contenido
pedagógico.

Palencia ha sido para mí un gran descubrimiento: además del románico a lo largo del Camino de Santiago (Frómista, Carrión de los Condes), nos ofrece villas romanas, edificios de la época de
Carlos I y Felipe II, una magnífica catedral erigida sobre una iglesia visigótica, una muy cuidada ciudad, gastronomía de alto nivel (Casa Damián)... La Diputación provincial, el ayuntamiento y Fundepa pusieron todo de su parte para ofrecernos una Palencia tan desconocida como
deliciosa.

La más exquisita es combinar ese descanso con el alimento intelectual y emocional
de un buen curso de verano.
En definitiva, asistir a un buen curso de verano debería estar en la agenda de todos nosotros. El título, los directores, los ponentes y el enclave deberían ser los criterios para apuntarse. Merece
mucho la pena. Y los precios (138 euros en el de El Escorial, por ejemplo) son irrisorios.
Juan Carlos Cubeiro, socio-director de eurotalent.

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